Apuntes y comentarios de Historia de España para 2 Curso de Bachillerato escritos por la profesora Ana Galván Romarate-Zabala. Si los utilizas, cita las fuentes.
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jueves, 19 de marzo de 2015

SOLUCIÓN COMENTARIO DE TEXTO Nº 4 "EL PROBLEMA AGRARIO"

TEXTO SOBRE "EL PROBLEMA AGRARIO"

El nuevo régimen se instauró sin causar víctimas ni daños. Una alegría desbordante inundó todo el país. La República venía realmente a dar forma a las aspiraciones que desde los comienzos del siglo trabajaban el espíritu público, a satisfacer las exigencias más urgentes del pueblo. […] La sociedad española ofrecía los contrastes más violentos. En ciertos núcleos urbanos, un nivel de vida alto, adaptado a todos los usos de la civilización contemporánea, y a los pocos kilómetros, aldeas que aparecen detenidas en el siglo XV. Casi a la vista de los palacios de Madrid, los albergues miserables de la montaña. […] Provincias del noroeste donde la tierra está desmenuzada en pedacitos, que no bastan para mantener al cultivador; provincias del sur y oeste, donde el propietario de 14.000 hectáreas detenta en una sola mano todo el territorio de un pueblo. [..)[…] La República, como era su deber, acentuó la acción del Estado. Acción inaplazable en cuanto a los obreros campesinos. El paro que afectaba a todas las industrias españolas, era enorme, crónico, en la explotación de la tierra.Cuantos conocen algo de la economía española saben que la explotación lucrativa de las grandes propiedades rurales se basaba en los jornales mínimos y en el paro periódico durante cuatro o cinco meses del año, en los cuales el bracero campesino no trabaja ni come. Con socialistas ni sin socialistas, ningún régimen que atienda al deber de procurar a sus súbditos unas condiciones de vida medianamente humanas, podía dejar las cosas en la situación que las halló la República. […]
Manuel AZAÑA, Causas de la guerra de España, Collonges-sous-Salève, 1939.

Este texto es un fragmento del libro”Causas de la guerra de España” del político y escritor español Manuel Azaña. Manuel Azaña era masón y hombre de izquierdas y tuvo un relevante papel durante la II República española ya que ocupó diversos cargos (Ministro de Guerra, Presidente del Gobierno, etc.). Fue, además, el “alma mater” de la Ley de Reforma Agraria del año 1932 durante el bienio republicano-socialista.


El texto que vamos a comentar presenta un carácter histórico-político y está destinado a toda persona interesada en la Historia de España, en concreto en la II República y en la Guerra civil española (historiadores, políticos, estudiantes, etc.)


Este extracto cabe encuadrarlo en la etapa de la II República, si bien fue publicado posteriormente, durante su exilio en Francia poco antes de morir en 1940. En efecto, la II República española fue una etapa crucial de la Historia de España que comenzó en un ambiente de euforia y esperanza. Durante este periodo, sobre todo durante la primera etapa, el bienio republicano-socialista, se quisieron llevar a cabo muchas reformas –agrarias, educativas, militares- y en muy poco tiempo, promulgándose además una Constitución claramente “de izquierdas”, la del año 1931. Esta etapa que abarca desde el año 1931 –fecha en la que ganan en las ciudades los partidos republicanos en unas elecciones municipales produciéndose además el exilio del rey Alfonso XIII- terminó cruentamente con el estallido de la guerra civil en julio de 1936. La II República nació con el deseo de transformar España en un país laico, moderno y democrático, pero los anhelos de prosperidad de la República se vieron truncados por las infinitas dificultades que tuvieron que hacer frente –económicas, sociales, ideológicas-, creándose una cada vez más división entre las dos Españas que culminaría con el estallido de la Guerra Civil (1936-39), una guerra para nunca más, que causó miles de muertos, exiliados y represaliados.


Este documento nos da las claves para analizar la injusta realidad político, social y económica española, especialmente en el ámbito agrario durante los años 30, dejando de manifiesto la necesidad de transformar esta situación radicalmente.En primer lugar, Azaña recuerda la instauración en España de la II República, “sin víctimas ni daños”. Sin embargo, sabemos que a pesar de lo señalado por Azaña, poco después de proclamarse la República, se produjeron diversos incidentes anticlericales –por ejemplo en Madrid- que implicaron la quema de conventos e iglesias, ante la pasividad de las fuerzas policiales y gubernamentales.


Más adelante considera que la República “vino a satisfacer las exigencias más urgentes del pueblo”. En este sentido, tenemos que subrayar que gran parte de los españoles –tanto de derechas como de izquierdas- recibieron la República alegres y esperanzados. Sin embargo, sectores vinculados a movimientos obreros de carácter anarquista (FAI, CNT) se manifestaron en contra de la misma desde el primer momento, pues estimaban que era un régimen político burgués y que las reformas que deseaban realizar eran muy escasas e insuficientes. Ni que decir tiene que en los círculos monárquicos, en amplios sectores de la Iglesia, también del ejército y de los terratenientes, la llegada de la II República no fue bien recibida. A continuación, Azaña describe la situación de injusticia económica y social que se hace bien patente entre las distintas clases sociales españolas. En concreto alude a los contrastes entre “palacios y albergues miserables” y critica la tremenda situación de la tierra, de la explotación de la misma. Es el llamado “problema agrario”, verdadero cáncer de la sociedad española, fuente de conflictos ante la desigual tenencia y explotación de la tierra (latifundios...). Ante esta situación, sigue comentando Azaña, el gobierno de la II República decidió actuar. No podía permitir que los grandes propietarios rurales explotaran a los jornaleros, que además sufrían el desempleo periódico durante cuatro o cinco meses al año. Aquí Azaña realiza una clara referencia a la Ley de Reforma Agraria en 1932, uno de sus principales proyectos durante el bienio republicano-socialista. En efecto, Azaña estaba muy sensibilizado ante el problema agrario en España. Por eso puso en marcha esta Ley pero contó con innumerables problemas para poder ser llevada a cabo: la oposición de los partidos de derechas, la excesiva burocratización, problemas técnicos y organizativos, la falta de capital para poder costear las indemnizaciones, etc. Los objetivos de esta ley eran varios. En primer lugar, encontramos objetivos sociales, a saber, entregar tierras a los campesinos para poner fin a los latifundios. Además de esta manera los republicanos obtendrían el apoyo de estos sectores sociales, verdaderos proletarios agrarios. Un segundo objetivo era de carácter político: tratar de eliminar el poder económico de los grandes terratenientes, que en su mayoría eran monárquicos.


Y un tercer objetivo, pero no menos importante, era de tipo económico e iba encauzado a incrementar la producción del sector agrario, elevando así el nivel de renta de los campesinos. Con esto se produciría el aumento de consumo de los mismos y por ende, el desarrollo de las actividades comerciales e industriales.


Al final, durante la segunda etapa de la República, en el bienio derechista o radical-cedista, se paralizó completamente esta reforma agraria y se devolvió a los Grandes de España las tierras que les habían sido confiscadas en la etapa anterior.


En conclusión, este revelador documento incide en la negativa situación agraria en España durante los años 30 y la voluntad reformadora de la II República a través de la Ley de Reforma Agraria para intentar solucionar –sin éxito- los problemas que acuciaban al agro español.





4 comentarios:

  1. A mi también me ha servido de bastante utilidad. Gracias.

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  2. Gracias, me ha servido para situarme

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  3. Desarrolla más, con esto solo sacaré 2,5 pts de 4,5.

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