Apuntes y comentarios de Historia de España para 2 Curso de Bachillerato escritos por la profesora Ana Galván Romarate-Zabala. Si los utilizas, cita las fuentes.
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lunes, 26 de abril de 2010

Solución Comentario de Texto nº 9. Ley Orgánica del Estado.

TEXTO 9: ARTÍCULO 6º DE LA LEY ORGÁNICA DEL ESTADO (BOE DE 10 DE ENERO DE 1967)

El Jefe del Estado es el representante supremo de la Nación: personifica la soberanía nacional; ejerce el poder supremo político y administrativo; ostenta la jefatura Nacional del Movimiento y cuida de la más exacta observancia de los Principios del mismo y demás Leyes fundamentales del Reino, así como de la continuidad del Estado y del Movimiento Nacional; garantiza y asegura el regular funcionamiento de los Altos Órganos del Estado y la debida coordinación entre los mismos, sanciona y promulga las leyes y provee a su ejecución; ejerce el mando supremo de los Ejércitos de Tierra, mar y Aire; vela por la conservación del orden público en el interior y de la seguridad del Estado en el exterior; [...] en su nombre se administra justicia; ejerce la prerrogativa de gracia; confiere, con arreglo a las leyes, empleos, cargos públicos y honores [...].


La dictadura franquista (1936-1975). Textos y documentos, por José Manuel
SABÍN RODRÍGUEZ, Madrid, 1997, edit. Akal, pp. 23-24.


Este texto es un fragmento de la Ley Orgánica del Estado del año 1967. Los autores de esta Ley son los representantes del poder legislativo del gobierno de Franco. Al ser una ley, es un documento de carácter jurídico-político. Es, además, una fuente histórica primaria y está destinada a todos los españoles.

Este documento cabe encuadrarlo en la Dictadura de Franco (1939-75), en concreto en los años 60, la época del “desarrollismo” y el “milagro español”. Esta etapa es así llamada por el espectacular auge económico que experimentó España. Nuestro país dejó de lado en esa década la política económica de autarquía y estatalismo de la posguerra para encauzarse, a partir del Plan de Estabilización de 1959, hacia una economía más abierta y liberal. Son los años de los Planes de Desarrollo, cuyo gestor fundamental fue el economista catalán Fabián Estapé. Buena parte del éxito de los planes estuvo basado en una balanza comercial estructuralmente desequilibrada, cuyo déficit se compensaba con las remesas de la emigración española a Europa y con los ingresos por turismo. La industrialización contó con la existencia de los denominados polos de desarrollo: zonas de preferente instalación de empresas industriales (Valladolid, Burgos, La Coruña, Vigo etc.) Provocaron un importantísimo crecimiento económico. Este desarrollo económico fue acompañado de un gran éxodo rural a las ciudades, que vivieron un urbanismo desaforado (grandes bloques de cemento) sobre todo en las costas españolas. También fue la época del “baby boom” que supuso un espectacular incremento demográfico. Pero todas estas transformaciones no fueron acompañadas de una democratización de la sociedad, ya que el régimen de Franco siguió siendo una dictadura. Políticamente se fue produciendo una paulatina organización de la oposición al Franquismo: el PCE (muy bien organizado), el surgimiento de CCOO, un sindicato de orientación comunista, las movilizaciones de estudiantes universitarios, de un sector de la Iglesia y de los nacionalismos. Además, en 1959 surgieron varias bandas terroristas como la ETA –la más mortífera- y también el FRAP y el Grapo.

-Este texto nos da las claves para analizar las atribuciones que esta Ley confiere al Jefe del Estado español en la época de la Dictadura de Franco.

-Este documento empieza señalando en su artículo 6 las atribuciones o el papel político que desempeña el Jefe del Estado y así considera que en él reside la “soberanía nacional”, es decir, el poder de la nación. En la Dictadura de Franco no existió ninguna Constitución. Hay que resaltar que a diferencia de entonces, en la actualidad, tal y como refleja nuestra Constitución de 1978, la soberanía nacional reside en el pueblo español.

-A continuación, pone de manifiesto la concentración de poderes que recaen en el Jefe del Estado, que no es otro que Franco: el poder político, el administrativo, la jefatura Nacional del Movimiento, la coordinación entre los altos Órganos del Estado, el mando supremo de los Ejércitos –que hoy en día corresponde al rey-, el poder de otorgar prerrogativas de gracia, empleos, cargos públicos…

-En efecto, esta Ley fechada en el año 1967, fue en realidad presentada por Franco a las Cortes en el año 1966. En diciembre de 1966 fue votada en referéndum por los españoles, siendo aprobada y entrando en vigor desde el 1 de enero de 1967. Esta Ley definía a España como una “democracia orgánica”, que era una manera de enmascarar el hecho de que nuestro país era una Dictadura. Se decía que era una democracia orgánica porque supuestamente el poder recaía en los órganos de la sociedad: la familia, el municipio y el sindicato. Otras leyes fundamentales de la etapa de Franco fueron la Ley de Principios del Movimiento Nacional, el Fuero de los Españoles y el Fuero del Trabajo…

-En conclusión, este fragmento de la Ley Orgánica del Estado de 1967 nos muestra la concentración de poderes que atribuía al Jefe del Estado, que no era otro que el propio Franco, dejando así traslucir que nuestro país era una dictadura.

domingo, 25 de abril de 2010

La Democracia española y sus canciones (I)

Los cantautores se nutren de las incoherencias de los políticos, como esta ingeniosa canción de Javier Krahe y Joaquín Sabina (1986)


Cuervo Ingenuo



Tú decir que si te votan
Tú sacarnos de la O.T.A.N.,
Tú convencer mucha gente,
Tú ganar gran elección,
Ahora tú mandar nación,
Ahora tú ser presidente.
Hoy decir que es alianza
Ser de toda confianza
Incluso muy conveniente,
Lo que antes ser muy mal
Permanecer todo igual
Y hoy resultar excelente.
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Cuervo ingenuo no fumar
La pipa de la paz con tú,
¡Por Manitú!
¡Por Manitú!
Tú no tener nada claro
Cómo acabar con el paro,
Tú ser en eso paciente
Pero hacer reconversión
Y aunque haber grave tensión
Tú actuar radicalmente.
Tú detener por diez días
En negras comisarías
Donde mal trato es frecuente,
Ahí tú no ser radical,
No poner punto final,
Ahí tú también ser paciente.
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Cuervo ingenuo no fumar
La pipa de la paz con tú,
¡Por Manitú!
¡Por Manitú!
Tú tirar muchos millones
En comprar tonto aviones
Al otro gran presidente.
En lugar de recortar
Loco gasto militar
Tú ser su mejor cliente.
Tú mujo partido pero
¿Es socialista, es obrero?
¿O es español solamente?
Pues tampoco cien por cien
Si americano también.
Gringo ser muy absorbente.
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Hombre blanco hablar con lengua de serpiente
Cuervo ingenuo no fumar
La pipa de la paz con tú,
¡Por Manitú!
¡Por Manitú!

sábado, 24 de abril de 2010

Genial Leguina, hoy en El País

TRIBUNA: JOAQUÍN LEGUINA

Enterrar a los muertos

El escaso desarrollo de la Ley de Memoria Histórica y el procesamiento contra el juez Garzón dividen a la sociedad española. Pero no hay que dejarse confundir por ideas sectarias y maniqueas

JOAQUÍN LEGUINA 24/04/2010

Todo ser humano -héroe o villano, decente o criminal- tiene derecho al duelo por parte de aquellos que lo amaron en vida. Y ese duelo exige la presencia del cadáver con el fin de poder enterrar dignamente los restos del difunto. Ha quedado bien claro que en los dos bandos se practicó una enfurecida 'limpieza étnica'. Habría que ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos sean también de todos.

Esa demanda, la del duelo, se transmite de padres a hijos. Así se constata en el caso de las fosas dejadas en campos y cunetas por la represión franquista. Han sido los nietos de los muertos quienes han reclamado -y reclaman- un entierro decente para sus abuelos. Este era -a mi juicio- el principal objetivo de la Ley de Memoria Histórica. Pero ¿qué ha hecho el Gobierno para cumplir esta ley desde que se aprobó? Si hemos de atender a lo que dicen los parientes de los muertos, el Gobierno ha hecho muy poco. Quizá por eso algunos deudos fueron a llamar a la puerta de Baltasar Garzón, quien, creyéndose competente para el caso, acabó por meterse en un lío de incierto destino.

Mas, sea como sea, este barullo judicial ha servido para colar algunos mensajes de muy dudosa calidad.

Mensaje nº 1: La Ley de Amnistía -como toda la Transición- fue hecha bajo presión, debido al miedo que producía el ruido de sables. Más que amnistía fue amnesia lo que se impuso.

Esto es falso y además encierra una calumnia contra quienes se pusieron de acuerdo en traer la democracia a España y para ello prepararon una Constitución consensuada. No fueron cobardes, sino generosos.

El proceso necesitaba de la previa reconciliación, por eso -y sólo para eso- se votó la Ley de Amnistía, cuya vigencia se pretende ahora negar echando mano de las normas del Derecho Penal internacional que declaran imprescriptibles los crímenes contra la Humanidad. Normas éstas que, según los especialistas consultados, no invalidan en nada la Ley de Amnistía de 1977.

En efecto, el único texto vinculante en materia de crímenes contra la Humanidad está en el convenio que se elaboró y aprobó en el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas (Resolución 2391 -XXIII- de 26 de noviembre de 1968), que no contiene codificación alguna de normas de Derecho Internacional. Es un tratado-ley que sólo obliga a los Estados ratificantes, que han sido apenas una cincuentena, entre los que no está España ni Estados Unidos ni países importantes de la Unión Europea. Por lo tanto, la ley española de amnistía no se opuso a ninguna otra norma de origen internacional que la contradijese.

Por otro lado, el tratado por el que se instituyó el Estatuto de la Corte Penal Internacional establece en su artículo 11 que esa Corte sólo tendrá competencia respecto de crímenes cometidos después de su entrada en vigor, lo cual deja fuera los crímenes del franquismo y también, por cierto, aquellos que pudieran haber cometido -permitido- las autoridades republicanas.

En cualquier caso, ha quedado bien claro que en los dos bandos se practicó una enfurecida "limpieza étnica".

Y aquí llega el segundo mensaje perverso:

Mensaje nº 2: Los asesinados en la retaguardia republicana ya fueron "honrados" y sus victimarios perseguidos por el franquismo. Los únicos que ahora deben ser "honrados" -y sus asesinos juzgados- son los represaliados por el franquismo.

Lo que se consigue con un mensaje tan sectario es perpetuar la división. Precisamente todo lo contrario de lo que una persona bien nacida debiera desear. En efecto, lo que se debiera hacer es precisamente lo contrario, es decir, ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos -todos- sean también de todos. Que quienes cayeron bajo la represión en la retaguardia republicana no por cometer algún delito sino por ser (ser cura, ser militar, ser noble, ser rico, ser de derechas...) sean reivindicados por las gentes de la izquierda, y los asesinados por los franquistas sin haber cometido delito alguno, simplemente, ellos también, por ser (ser sindicalista, ser republicano, ser socialista, ser comunista...) deben ser reivindicados por las gentes de la derecha. ¿Con qué fin? Simplemente, para poder decir todos juntos: ¡Nunca más!

Mensaje nº 3: Todos los represaliados por el franquismo son héroes de la democracia y de la libertad.

Los ganadores de la guerra civil sostuvieron durante los años de la dictadura que "sus" muertos (1936-1939) en el frente o bajo la represión en los territorios fieles al Gobierno republicano eran "mártires de la Cruzada", afirmación que está tan lejos de la verdad como cerca de la propaganda.

Ahora, con parecido entusiasmo, se pretende que todos los enemigos del franquismo que fueron represaliados durante aquella interminable dictadura fueron "héroes de la Democracia".

Esta es, también, una afirmación sectaria, y por eso debe ser negada. Lo haré a continuación, a sabiendas del riesgo que corro con ello.

Vivir durante la guerra en la retaguardia republicana -nadie que se haya ocupado de ese asunto lo negará- representó para mucha gente un auténtico infierno de persecución y de muerte. Bastaría la lectura de la gran novela de Juan Iturralde, Días de llamas, para ilustrarlo. Y esa novela me lleva a un personaje -ligado a la UGT y al PSOE- que resultó ser un individuo siniestro: Agapito García Atadell, quien se hizo famoso en Madrid al inicio de la guerra civil como jefe de una de las Brigadas del Amanecer que operaban en la capital (también los de la FAI fueron maestros en "represión revolucionaria" y montaron, por ejemplo, una checa en el Cine Europa de la calle Bravo Murillo desde donde salían a dar paseos nocturnos y a llenar de cadáveres la Dehesa de la Villa). Estas pandillas -muy contentas de exhibirse armadas por la retaguardia y de no pisar el frente- aparecían de madrugada en los domicilios de la gente "de derechas" para dar el paseo a sus moradores y, de paso, "requisar" en su propio beneficio los bienes que encontraban en los registros de aquella casas.

Según se cuenta, Indalecio Prieto -que era ministro de la Guerra- dio la orden de detener al "compañero" García Atadell y a su cuadrilla, pero, quizá alertado, Atadell arrambló con todo lo que pudo y se fue a Marsella, desde donde tomó un barco con destino a Buenos Aires. Pero el buque hizo escala en Canarias y los franquistas (quizá avisados desde la zona republicana) lo sacaron del navío y lo tomaron preso.

Sabemos a través de Koestler (autor de El cero y el infinito), entonces encarcelado por los franquistas en Sevilla, que García Atadell estuvo en aquella cárcel y allí le dieron garrote. Probablemente, sus restos reposen en alguna fosa común de algún cementerio sevillano y ahora podrían ser exhumados... ¿Con honores?

¿Por qué no aceptamos la verdad de una puñetera vez? La inmensa mayoría de la derecha española renegó de la democracia durante la República y, desde luego, durante la guerra... Pero es que la izquierda, en gran parte, hizo lo mismo, tomando la deriva "revolucionaria". En cualquier caso, una guerra civil no es el mejor momento para la defensa de los derechos civiles ni para la discusión civilizada... "Es la hora de los hornos y no se ha de ver sino su luz", ¿recuerdan?

En fin, que entre tanto ruido se ha impuesto, al fin, una consigna según la cual "el PP se niega a reconocer la sangrante realidad de las fosas" (sic). Se llega así al último mensaje. Éste ya en clave electoral.

Mensaje nº 4: La derecha española es heredera y añorante del franquismo.

¿O sea, que casi la mitad de los votantes españoles prefieren el franquismo? No sé si los ideólogos que sostienen tal mensaje y tal barbaridad, son conscientes del disparate que perpetran con este tipo de propaganda sectaria.

Mas debo decir, para concluir, que somos muchos los que -hartos de simplificaciones- nos negamos a que la izquierda se reduzca a ser la mera expresión de una aversión, la aversión a una derecha a la que visten de maniqueo sin ningún rigor intelectual.

Joaquín Leguina es economista.

Memoria de la Transición

Según el periodista Antonio Pérez Henares, "Chani".

jueves, 22 de abril de 2010

La transición española y sus canciones (y III)

Entre los cantautores de la época del tardofranquismo y la transición destacan Serrat, Raimon, Lluis Llach, Luis Pastor, Luis Eduardo Aute, Sabina y un largo etcétera. También la genial Maria del Mar Bonet. Aquí os dejo una de sus estremecedoras canciones, en este caso sobre la represión franquista.

miércoles, 21 de abril de 2010

La transición española y sus canciones (y II)

Libertad sin ira del grupo Jarcha (1976). Todo un clásico de la etapa de la Transición, aunque la letra tiene algunas estrofas un tanto sorprendentes.
Dicen los viejos que en este país hubo una guerra
y hay dos Españas que guardan aún,
el rencor de viejas deudas
Dicen los viejos que este país necesita
palo largo y mano dura
para evitar lo peor

Pero yo sólo he visto gente
que sufre y calla
Dolor y miedo
Gente que sólo desea su pan,
su hembra y la fiesta en paz

Libertad, libertad, sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira, libertad
y si no la hay sin duda la habrá
Libertad, libertad, sin ira, libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá

Dicen los viejos que hacemos lo que nos da la gana
Y no es posible que así pueda haber
Gobierno que gobierne nada
Dicen los viejos que no se nos dé rienda suelta
que todos aquí llevamos
la violencia a flor de piel

Pero yo sólo he visto gente muy obediente
hasta en la cama
Gente que tan sólo pide
vivir su vida, sin más mentiras y en paz

Libertad, libertad, sin ira, libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira, libertad
y si no la hay sin duda la habrá
Libertad, libertad. sin ira. libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad
y si no la hay sin duda la habrá

Libertad, libertad sin ira libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira. libertad
y si no la hay sin duda la habrá

Libertad, libertad. sin ira, libertad
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira. libertad
y si no la hay sin duda la habrá (bis)

La transición española y sus canciones (I)

Son todo un reflejo de una época, como esta canción "Habla pueblo habla" del grupo Vino Tinto. Esta canción formó parte de la campaña publicitaria del gobierno de Suárez para fomentar la participación ciudadana en el referéndum para la Reforma Política convocado para el 15 de diciembre de 1976.
Habla, pueblo
si tienes unos ojos para ver
el camino que has de andar,
si tienes un corazón que te mueve,
unas manos que trabajan
y una ansia de libertad.
Y si tienes aliento para hablar
dime, pueblo, quién te obliga,
quién puede obligarte a callar.
Habla, pueblo, habla,
tuyo es el mañana,
habla y no permitas
que roben tu palabra.
Habla, pueblo, habla,
habla, sin temor,
no dejes que nadie apague tu voz.
Habla, pueblo, habla,
este es el momento,
no escuches a quien diga
que guardes silencio.
Habla, pueblo, habla,
habla, pueblo sí.
No dejes que nadie
decida por ti.
Si tienes el deseo de borrar
las huellas del rencor,
si quieres afirmar tu volutad
decidiendo tu destino con la fuerza de tu voz.
Y si tienes aliento para hablar,dime, pueblo, quién te obliga,quién puede obligarte a callar
Habla, pueblo, habla,
este es el momento,
no escuches a quien diga que guardes silencio.
Habla, pueblo, habla, habla, pueblo sí.
No dejes que nadie decida por ti.

Sobre la Ley de Amnistía de 1977


Reproduzco en su totalidad el post de hoy de Santiago González sobre la Ley de Amnistía de 1977, esencial para conocer lo que fue la llamada TRANSICIÓN ESPAÑOLA (1975-1982):

"Hace 33 años

La foto de portada del diario Público fue tomada el 14 de octubre de 1977. Aquel día comenzó un pleno para tratar la Ley de Amnistía, que se votó y aprobó el proyecto al día siguiente con la abstención de Alianza Popular. Algunos hechos de aquellos días: Una semana antes de la aprobación de la Ley, el 8 de octubre, era asesinado por ETA el presidente de la Diputación General de Vizcaya, Augusto Unceta, y los guardias civiles de su escolta. Esto debió de pesar en el ánimo de los legisladores, al establecer como fecha límite para beneficiarse de la Ley el 6 de octubre, dos días antes del asesinato. los efectos fueron los mismos, porque un efecto colateral de la Ley de Aminstía fue que el asesinato de Unceta y sus escoltas no fue esclarecido policialmente. Sus autores no fueron detenidos; ni siquiera identificados.

Aquel mismo día, 8 de octubre, se cumplían diez años de la captura del Ché Guevara en Bolivia y de su asesinato en la escuela de La Higuera. Diez días más tarde, tres después de la aprobación de la Ley en el Congreso, el Club Siglo XXI tuvo un acto muy significativo. El presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne, presentó una conferencia de Santiago Carrillo Solares, secretario general del Partido Comunista. Fue un acto simbólico de gran importancia, protagonizado por dos hombres que tuvieron un papel estelar en la Transición: Fraga, al encarrilar a la derecha franquista por la vereda constitucional y Carrillo, al hacer lo propio con la izquierda.

"El conferenciante que les voy a presentar", dijo Fraga, "es un comunista de tomo y lomo". Una semana antes de la aprobación de la Ley, las dos Españas se habían amnistiado mutuamente. Fraga perdonó a Carrillo lo de Paracuellos y Carrillo a Fraga haber estado en el Consejo de Ministros en el que se firmó el enterado de la pena de muerte contra Julián Grimau.

El día de la foto subió a la tribuna del Congreso Marcelino Camacho, que defendió en un discurso apasionado la amnistía como una bandera que había alzado en solitario el Partido Comunista desde el mes de junio de 1956, en el que el Comité Central aprobó la Política de Reconciliación Nacional propugnada por Carrillo. Aquel año, los artistas plásticos del PCE recorrían España con una exposición colectiva sobre la amnistía. Recordarán el cuadro de Genovés de los abrazos. El día 27 de aquel mes de octubre se firmaron los pactos de La Moncloa. En fin, hechos que los comunistas de hoy han olvidado, precisamente en nombre de la Memoria.


Con el fin de recordarles los hechos, vuelvo a colgar la intervención parlamentaria de Marcelino Camacho, recogida del Diario de Sesiones del congreso de los Diputados:

Pleno del Congreso de los Diputados. 14 de octubre de 1977. Debate de la Ley de Amnistía. Intervención del diputado comunista Marcelino Camacho Abad*:

El señor CAMACHO ABAD: Señor Presidente, señoras y señores Diputados, me cabe el honor y el deber de explicar, en nombre de la Minoría Comunista del Partido Comunista de España y del Partido Socialista Unificado de Cataluña, en esta sesión, que debe ser histórica para nuestro país, en honor de explicar, repito, nuestro voto.

Quiero señalar que la primera propuesta presentada enesta Cámara ha sido precisamente hecha por la Minoría Parlamentaria del Partido Comunista y del P. S. U. C. el 14 de julio y orientada precisamente a esta amnistía. Y no fue un fenómeno de la casualidad, señoras y señores Diputados, es el resultado de una política coherente yconsecuente que comienza con la política de reconciliación nacional de nuestro Partido, ya en 1956.

Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía. ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los 'unos a los otros, si noborrábamos ese pasado de una vez para siempre?

Para nosotros, tanto como reparación de injusticias cometidas a lo largo de estos cuarenta años de dictadura, la amnistía es una política nacional y democrática, ala única consecuente que puede cerrar ese pasado de guerras civiles y de cruzadas. Queremos abrir la vía a la paz y a la libertad. Queremos cerrar una etapa; queremos abrir otra. Nosotros, precisamente, los comunistas, que tantas heridas tenemos, que tanto hemos sufrido, hemos enterrado nuestros muertos y nuestros rencores. Nosotros estamos resueltos a marchar hacia adelante en esa vía de la libertad, en esa vía de la paz y del progreso.

Hay que decir que durante largos años sólo los comunistas nos batíamos por la amnistía. Hay que decir, y yo lo recuerdo, que en las reuniones de la Junta Democrática y de la Plataforma de Convergencia, sobre todo en las primeras, se borraba la palabra "amnistía" ; se buscaba otra palabra porque aquella expresaba de alguna manera -se decía- algo que los comunistas habíamos hecho, algo que se identificaba en cierta medida con los comunistas.

Yo recuerdo que en las cárceles por las que he pasado, cuando discutíamos con algunos grupos que allí había de otros compañeros de otras tendencias -que después alguna vez la han reclamado a tiros- estaban también en contra de la palabra «amnistía».

Recuerdo también un compañero que ha pasado más de veinte años en la cárcel : Horacio Femández Inguanzo, a cuyo expediente se le llamó “e1 expediente de la reconciliación”, yque fue condenado a veinte años en 1956. Cuando monseñor Oliver, Obispo auxiliar de Madrid, nos visitaba en 1972 en Carabanchel, y le hablaba del año de reconciliación que abría la Iglesia, Horacio le decía: “Si quiere ser consecuente la Iglesia con la reconciliación, debe pedir también en este año la amnistía, ya que lo uno sin lo otro es imposible”. Y le explicaba que él había sido condenado a veinte años comodirigente del Partido Comunista de Asturias, precisamente por la amnistía, y que su expediente se llamó “el expediente de la reconciliación”.

Hoy podríamos citar más compañeros aquí: Simón Sánchez Montero y tantos otros, que hemos

pasado por trances parecidos, pero hoy no queremos recordar ese pasado ; hemos enterrado, como decía, nuestros muertos y nuestros rencores, y por eso, hoy, más que hablar de esepasado, queremos decir que la minoría comunista se congratula del consenso de los Grupos Mixto, Vasco-Catalán y Socialista, y hubiéramos deseado también que éste fuera un acto de unanimidad nacional.

Todavía yo pediría a los señores de Alianza Popular que reconsideren este problema. Nosotros afirmamos desde esta tribuna que ésta es la amnistía que el país reclama y que, a partir de ella, el crimen y el robo no pueden ser considerados, se hagan desde el ángulo que sea, como actos políticos. Por eso hacemos un llamamiento a nuestros colegas de Alianza Popular de que reconsideren su actitud en este acto que debe ser de unanimidad nacional. En esta hora de alegría, en cierta medida, para los que tantos años hemos pasado en los lugares que sabéis, sólo lamentamos que, en aras de ese consenso y de la realidad, amigos, patriotas, trabajadores de uniforme, no puedan disfrutar plenamente de esta alegría. Desde esta tribuna queremos decirlo, que no les olvidamos y que esperamos del Gobierno que en un futuro próximo puedan ser reparadas estas cuestiones y restituidos a sus puestos.

También a las mujeres de nuestro país queremos indicarles que si hoy no se discute este problema, que si en esta ley faltara la amnistía para los llamados “delitos de la mujer” :adulterio, etc., les queremos recordar que el Grupo Parlamentario Comunista presentó una proposición de ley el 14 de julio que creemos que es urgente discutir y que vamos naturalmente a discutir. Pero, es natural, señoras y señores Diputados, que tratándose de un militante obrero, en mi caso, si hablaba antes de que era un deber y un honor defender aquí, en nombre de esta minoría, esta amnistía política y general, para mí, explicar nuestro voto a favor de la amnistía, cuando en ella se comprende la amnistía laboral, es un triple honor.

Se trata de un miembro de un partido de trabajadores manuales e intelectuales, de un viejo militante del Movimiento Obrero Sindical, de un hombre encarcelado, perseguido y despedido muchas veces y durante largos años, y, además, hacerlo sin resentimiento.

Pedimos amnistía para todos, sin exclusión del lugar en que hubiera estado nadie. Yo creo queeste acto, esta intervención, esta propuesta nuestra será, sin duda, para mí el mejor recuerdo que guardaré toda mi vida de este Parlamento.

La amnistía laboral tiene una gran importancia. Hemos sido la (clase más reprimida y másoprimida durante estos cuarenta años de historia que queremos cerrar. Por otra parte, lo que nos enseña la historia de nuestro país es que después de un período de represión, 'después de la huelga de 1917 y la represión que siguió; después de octubre del treinta y cuatro y la represión que siguió, cada vez que la libertad vuelve a reconquistar las posiciones que había perdido, siempre se ha dado una amnistía laboral. Yo he conocido -mi padre era ferroviario en una estación de ferrocarril- que en 1931 todavía ingresaban los últimos ferroviarios que habían sido despedidos en 1917.

La amnistía laboral, pues, está claro que es un acto extremadamente importante, conjuntamente con la otra. Si la democracia no debe detenerse a las puertas de la fábrica, la amnistía tampoco. Por eso el proyecto de ley que hoy vamos a votar aquí tiene, además de la vertiente humana y política, otra social y económica para nuestro país.

Francia e Italia, al salir de la II Guerra Mundial, para abordar la reconstrucción nacional y la crisis, necesitaron el apoyo y el concurso de la clase obrera. Días pasados los representantes del arco parlamentario dieron los primeros pasos en esa vía ; la amnistía laboral será el primer hecho concreto en esa dirección que marcan los acuerdos de la Moncloa. No hay que olvidar que salimos de una dictadura en medio de una grave crisis económica, y que todos estamos de acuerdo en que hay que ir al saneamiento de la economía y a la reconversión nacional también, que esto no es posible sin el concurso de los trabajadores, que hay que llevar por ello este espíritu de la Moncloa al hecho práctico concreto de esa realidad.

Señoras y señores Diputados, señores del Gobierno, lo que hace un año parecía imposible, casi un milagro, salir de la dictadura sin traumas graves, se está realizando ante nuestros ojos ;estamos seguros de que saldremos también de la crisis económica, que aseguraremos el pan y la libertad si se establecen nuevas relaciones obrero-empresariales y si un código de derecho de los trabajadores las garantiza ; si conseguimos de una vez que los trabajadores dejemos de ser extranjeros en nuestra propia patria. Sí, amnistía para gobernar, amnistía para reforzar la autoridad y el orden basado en el justo respeto de todos a todos y, naturalmente, en primer lugar, de los trabajadores con respecto a los demás.

Con la amnistía saldremos al encuentro del pueblo vasco, que tanto sufre bajo diferentes formas, de todos los pueblos y de todos los trabajadores de España. Con la amnistía la democracia se acercará a los pueblos y a los centros de trabajo. La amnistía política y laboral es una necesidad nacional de estos momentos que nos toca vivir, de este Parlamento que tiene que votar. Nuestro deber y nuestro honor, señoras y señores Diputados, exige un voto unánime de toda la Cámara. Muchas gracias.

* El Diario de Sesiones del Congreso tiene un error en este punto. Donde debería decir Camacho Abad dice Camacho Zancada, que era el nombre del diputado de UCD por Ciudad Real Blas Camacho Zancada. desde aquí se pide modestamente a José Bono, presidente del Congreso que proceda a subsanar el error."

domingo, 11 de abril de 2010

La primera víctima de ETA


EL PAÍS, 31-1-2010

REPORTAJE: ATENTADOS CONTRA NIÑOS

La primera víctima de ETA



Begoña y sus padres Juan Urroz y Jesusa Ibarrola, en una foto de su bautismo en 1958.-

"Begoña Urroz, de 22 meses, falleció abrasada en 1960 por una bomba colocada en la estación de ferrocarril de Amara (Guipúzcoa). Décadas después se descubrió que ése fue el primer atentado mortal de ETA. Su madre rompe ahora 50 años de silencio y habla a EL PAÍS

JESÚS DUVA 31/01/2010

"Una tía mía, Soledad Arruti Etxegoyen, trabajaba en la consigna de la estación de Amara, en San Sebastián. Yo solía ir a ayudarla para ganarme unas pesetillas. Aquel día dejé a mi niña con ella mientras yo iba a un comercio cercano a comprarle unos zapatitos para ir a Navarra. Cuando volví, había un lío tremendo. ¡Había estallado una bomba! Mi hija estaba abrasada y otras personas, entre ellas mi tía, heridas. Fue horrible". Jesusa Ibarrola Telletxea, a sus 83 años, se mantiene lúcida y fuerte. Pero no puede reprimir el llanto porque conserva en carne viva el recuerdo de aquella tragedia pese a que ha transcurrido ya medio siglo de lo que luego, mucho tiempo después, se ha sabido que fue el primer atentado de ETA con resultado de muerte.

"Fui a comprar unos zapatitos para mi niña. Y al volver a la estación estaba abrasada", recuerda la madre. ETA jamás ha reconocido ni se ha atribuido la paternidad del artefacto que quitó la vida a la menor. El ex ministro Ernest Lluch investigó el caso y llegó a la conclusión de que ETA había sido la autora del atentado

"En aquellos años, nadie hablaba de esas cosas y nosotros decidimos llevar nuestro drama en la intimidad". José Antonio Pagola, vicario de la diócesis de Guipúzcoa, fue el primero en citar a ETA como posible autora. El franquismo atribuyó el crimen a "elementos extranjeros en unión de separatistas y comunistas españoles"

Begoña Urroz Ibarrola, un bebé de apenas 22 meses, la primogénita de Jesusa, inauguró así una lista en la que hasta hoy figuran más de 850 nombres escritos con sangre por ETA a lo largo de su historia. Durante 50 años, los Urroz han rumiado su dolor con discreción, en solitario y en silencio. Un silencio que ahora han roto por primera vez, gracias a la decisión de esta madre octogenaria.

Ocurrió minutos después de las siete de la tarde del lunes 27 de junio de 1960. A esa hora deflagró una maleta incendiaria depositada en uno de los armaritos de la consigna de la estación de Amara. La reseña que el atentado mereció en los periódicos de la época se limitó a la publicación de una escuálida nota del Ministerio de la Gobernación en la que daba cuenta de la explosión de cinco artefactos: uno en un furgón del tren correo Barcelona-Madrid, entre los municipios zaragozanos de Quinto y Pina de Ebro, y los otros cuatro en otras tantas consignas de Barcelona, Madrid y San Sebastián (una en la estación del Norte y otra en la de Amara).

En la estación del Norte donostiarra resultó herido de levedad Carlos Íñigo Acevedo, domiciliado en Pasaia. Pero el de Amara fue el más grave de una cadena de atentados inusual hasta entonces bajo la férrea dictadura del general Francisco Franco. Además de la niña Begoña Urroz Ibarrola, con quemaduras en el 90% de su cuerpo, también resultaron heridos por este último artefacto el joven estudiante Valeriano Bakaikoa Azurmendi, de 15 años, que regresaba a San Sebastián tras pasar unos días de vacaciones con unos familiares de Rentería; la encargada de la consigna, Soledad Arruti, de 60; Pascual Ibáñez Martín, de 29 años; Francisco Sánchez Bravo, de 42, y María García Moras, de 49.

El comunicado del ministerio que entonces dirigía el general Camilo Alonso Vega concluía diciendo que "con estos hechos se ha pretendido dar cumplimiento a las consignas terroristas que elementos extranjeros, en cooperación con separatistas y comunistas españoles, vienen propugnando insistentemente". Punto. Ésa era toda la explicación. ¿Pero quiénes eran esos misteriosos elementos extranjeros? ¿Quiénes eran esos separatistas y comunistas que estaban tras esa oleada de bombas? Las autoridades no aclararon nada ni ese día ni los siguientes...

Ni siquiera el Gobierno Civil de Vizcaya fue más explícito cuando apenas 48 horas después estalló una nueva maleta incendiaria en la estación bilbaína de Atxuri del Ferrocarril Vascongado. En aquella ocasión, el gobernador y jefe provincial del Movimiento difundió un comunicado en el que aseguraba: "Ha sido una prueba de cómo se comportan esos elementos enemigos del orden y de la tranquilidad pública, que han levantado con su actitud criminosa una reacción de protesta ciudadana concretada en unánime condenación". La obstrusa y ampulosa fraseología franquista no permitía deducir quiénes eran esos "enemigos del orden" ni en qué había consistido la "unánime condenación" de los ciudadanos.

A Juan Urroz, un hombre de caserío, un vasco-navarro que sólo hablaba euskera, empleado en la fábrica de electrodomésticos Moulinex, y a su esposa, Jesusa Ibarrola, les interesaba entonces muy poco saber quién había cometido aquella salvajada. Lo único que les importaba era su hija Begoña, que agonizaba en la clínica del Perpetuo Socorro con los brazos, las piernas y la cara destrozados por una lengua de fuego. Su vida se apagó sólo unas horas después a causa de las horribles quemaduras que la bomba incendiaria le habían provocado.

Con cierta emoción, Jesusa recuerda en su casa de Lasarte (Guipúzcoa) que María Isabel Etayo, la esposa del entonces alcalde de San Sebastián, Antonio Vega de Seoane Barroso, permaneció toda aquella terrible noche a su lado dándole consuelo y apoyo. "Aquellos días eran las fiestas del pueblo. Mi madre nos ha contado muchas veces que el día del entierro de la niña salieron de casa con la cajita blanca mientras la gente cantaba y bailaba por las calles", dice Begoña Urroz, la hija de Jesusa que fue bautizada con el mismo nombre que tenía su hermana fallecida. Como en un intento de mantener siempre vivo el recuerdo de la niña muerta. "Al principio me daba mucha impresión ir al cementerio y ver mi nombre escrito en una lápida", comenta Begoña con una ligera sonrisa.

El mortal atentado apenas tuvo repercusión social. El 1 de julio de 1960, La Voz de España publicaba una breve reseña dando cuenta del "sepelio y misa de gloria por la niña Begoña Urrosi" (sic), a la que asistió el gobernador civil de Guipúzcoa, José María del Moral, para dar el pésame a la familia de la chiquilla que "falleció a consecuencia de las heridas recibidas en el criminal atentado". El Diario Vasco, por su parte, insertaba ese mismo día una fotografía del oficio religioso. Pero no hubo manifestaciones públicas, ni actos de repulsa por el asesinato, ni concentraciones ciudadanas. Nada. Sólo el silencio. Un espeso silencio.

Nada más enterrar a su hijita, Jesusa tuvo que afrontar una penosa y dolorosa tarea: hacerse cargo de la consigna de equipajes de la estación de ferrocarril de Amara. "Mi tía Soledad estaba herida y no podía trabajar. Así que yo la suplí hasta que se repuso. Durante aquel tiempo, yo no dejaba que nadie metiera una maleta en la consigna si antes no la abría y enseñaba su contenido. La gente se quejaba y me preguntaba por qué tenía que hacer eso. Si alguien se resistía, unos guardias venían a revisar el equipaje", explica. Claro, nadie sabía el drama íntimo de aquella mujer cuya niña había muerto abrasada por una bomba en ese mismo lugar.

"Mis padres sufrieron mucho con la muerte de la pequeñita. A mi padre, eso le quitó media vida. Ella era su niña bonita. Fíjese que era tan así, que poco antes de morir él, hace algo más de un año, nos dijo: 'Ahora me voy a encontrar con mi hija'. Mis padres nunca olvidaron ese tremendo mazazo", dicen los hermanos Jon y Begoña mientras arropan a su amá. Ésta hoy tiene las yemas de los dedos agrietadas y ennegrecidas por una extraña enfermedad que los hijos achacan al estrés que le ha causado el reciente fallecimiento de dos familiares.

ETA, que en aquellas fechas tenía sólo un año de existencia, no reivindicó entonces la cadena de explosiones y, por tanto, tampoco se atribuyó la colocación del artefacto que mató a la menor. Entonces no se sabía nada de ETA, aunque poco después empezaron a aparecer por todo Euskadi panfletos y hojas firmadas con estas siglas, según recuerda la familia Urroz Ibarrola.

Tras un intento fallido de hacer descarrilar en 1961 un tren de ex combatientes de la Guerra Civil, la incipiente organización etarra causó el 7 de junio de 1968 la primera muerte reconocida: la del guardia civil de Tráfico José Ángel Pardines en un tiroteo mantenido en Villabona (Guipúzcoa) con dos individuos que viajaban en un Seat 850 cupé y que le infundieron sospechas. El 2 de agosto de ese mismo año, los etarras cometieron su primer atentado de gran repercusión: el asesinato del comisario Melitón Manzanas, jefe de la Brigada Político-Social de Guipúzcoa, a manos de tres activistas que le esperaron frente a su domicilio en Irún, un chalet llamado Villa Arana, y le acribillaron a tiros.

"Al poco tiempo, nosotros estuvimos convencidos de que la bomba de Amara la puso alguien de ETA. Y mucha gente también lo pensaba. Pero era algo de lo que nadie hablaba. En aquellos años, nadie hablaba de esas cosas y nosotros decidimos llevar nuestro drama en la intimidad", coinciden los hermanos Urroz, mientras su madre asiente en silencio. A lo largo de los años, nadie se acercó jamás a la familia para darle apoyos o ánimos; ninguna autoridad se interesó por ellos; ninguna asociación cívica les dio respaldo. Y el caso cayó en el olvido, aunque marcó de por vida a los padres y a los hermanos de aquella chiquilla que pereció abrasada en Amara en plena dictadura franquista.

Hasta que en 1992, José Antonio Pagola Elorza, vicario general de la diócesis de Guipúzcoa, publicó el libro La ética para la paz. Los obispos del País Vasco 1968-1992. En este ensayo figuraba una nota a pie de página en la que se mencionaba lo siguiente: "En realidad, parece ser que la primera víctima de una acción terrorista de ETA fue la niña de 22 meses Begoña Urroz Ibarrola, muerta el 27 de junio de 1960, al hacer explosión un artefacto colocado en la estación de Amara (San Sebastián)". Fue la primera mención escrita en la que se apuntaba a ETA como responsable de aquel crimen inexplicable.

Pagola, hoy ya jubilado de su labor pastoral, aunque sigue publicando libros, recuerda perfectamente cómo tuvo noticias de aquel hecho sangriento: "Me lo contó una catequista que se llamaba Isabel y que me conocía. Era vecina de la familia Urroz. Ella me dio esa información y yo contrasté en la prensa de la época que efectivamente hubo una niña llamada Begoña Urroz Ibarrola que murió en Amara. Pero no indagué más, ni sabía más. Como puede comprobarse fácilmente, en esa nota a pie de página yo decía que 'parece ser', es decir, que no lo daba por seguro porque no tenía más datos".

La catequista Isabel, una mujer hoy entregada a causas solidarias, como el cuidado de enfermos de sida, sigue siendo vecina y amiga íntima de los Urroz. Ella misma confirma que fue quien comentó al vicario Pagola lo que le había ocurrido a aquella niña que vio nacer y que más de una vez correteó por su casa.

El socialista Ernest Lluch, ex ministro de Sanidad con Felipe González, leyó aquel libro de Pagola y decidió indagar más en ese confuso y olvidado atentado ocurrido en el verano de 1960. Lluch, un enamorado de Euskadi, un intelectual que defendía la necesidad de "realizar contactos" entre el Gobierno y ETA para intentar poner fin al conflicto vasco, investigó aquella pista.

Fruto de sus indagaciones, Lluch publicó en El Correo del 19 de setiembre de 2000 un artículo, titulado La primera víctima de ETA, en el que daba cuenta de sus averiguaciones: "Consultada la biblioteca de los benedictinos de Lazkao, podemos añadir, según recoge la Oficina Prensa Euzkadi del Gobierno vasco en el exilio, que la agencia United Press International lo atribuyó al Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación. Ésta era una organización de existencia confusa, por lo que la OPE comenta en su nº 3.189, de 1 de julio de 1960, que 'es difícil pronunciarse sobre su autenticidad'. La publicación del PNV Euzko Deya titula al acto de 'estupidez criminal", explicaba el ex ministro socialista.

"No hemos encontrado ni en Lazkao ni en publicaciones que ETA se atribuyera la colocación de bombas en 1960. El esperable resultado de una muerte especialmente repugnante debió conducir a una discreción absoluta", agregaba Ernest Lluch antes de concluir su artículo así: "Indigno inicio en el pecado original de ETA".

"Yo puse en contacto a Lluch con la catequista que me había contado a mí lo de la niña Begoña", explica el ex vicario general Pagola. Sin duda, ésta enlazó al ex ministro con la familia Urroz, con la que mantuvo correspondencia. La última de las cartas escritas por él a la madre de la menor -reproducida en esta página- data del 15 de septiembre de 2000. "Gracias por su colaboración en conocer con más precisión algo que no debe ser olvidado", decía Lluch a Jesusa Urroz, a la vez que le anunciaba: "Paso temporadas en San Sebastián y me gustaría darle un abrazo a quien ha sufrido tanto". Jamás pudo cumplir ese deseo porque un comando etarra le mató a tiros, menos de dos meses después, en el garaje de su domicilio de Barcelona.

El periodista Florencio Domínguez y los profesores universitarios Rogelio Alonso y Marcos García Rey acaban de publicar un libro, Vidas rotas (Espasa) en el que señalan: "Durante mucho tiempo, el asesinato de Begoña Urroz Ibarrola, al igual que el resto de atentados de aquellos días, fue atribuido al anarquista Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL). ETA nunca asumió la autoría de la colocación de la bomba de Amara, aunque el 29 de marzo de 1992, a raíz de la captura de la dirección de ETA en Bidart (Francia), en el ordenador del jefe del aparato político, José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, fue encontrada una cronología de diversos acontecimientos en la que figura la mención a ese atentado".

"Dos años más tarde", prosiguen los autores de Vidas rotas, "el Anuario del diario Egin correspondiente a 1994 y la obra Euskal Heria y la libertad (Txalaparta, 1994), ambos vinculados a la denominada izquierda abertzale, publicaron un texto similar: se trataba de una cronología de episodios relacionados con ETA en la que se incluía la muerte de Begoña Urroz, aunque no se mencionaba expresamente que hubiese sido obra de la banda terrorista".

La muerte de la pequeña Begoña no fue la única vez que los Urroz sufrieron los zarpazos del terrorismo a lo largo de los años. "Yo tenía una zapatería y dos veces me la destrozaron las bombas que estallaron en una sucursal del Banco Bilbao Vizcaya que había enfrente de mi local", rememora Jesusa.

Juan, Jesusa y sus hijos Begoña y Jon han cargado con su dolor en solitario. "Lo llevas y ya está. Los vascos somos así. Creemos que es algo que tienes que guardarte en tu intimidad", replica Jon, escueto y estoico cuando se le pregunta por qué han actuado así.

"Mis padres sufrían mucho. Hoy lo hablamos y no pasa nada, pero años atrás no se hablaba de estas cosas porque era como ponerte en contra de todo el mundo", remacha Begoña. "Cada vez que había un atentado, mis padres se acordaban de mi hermana... y era terrible", agrega. "En la sociedad en que vivían aquí no se podía hablar. Para mis padres era como un secreto, como una herida, como si encima ellos fueran culpables. Tanto es así, que yo tengo amigos y gente conocida que no sabían nada de lo que nos había pasado", explica.

Hay vecinos de la familia que han conocido este hecho cuando murió Juan Urroz, hace algo más de un año. Durante el funeral, el sacerdote oficiante pidió a los feligreses que dieran su respaldo y su apoyo incondicional a esa familia que tanto había sufrido. El cura explicó que decía eso no sólo por el fallecimiento del cabeza de familia, sino por el dolor que desde hace 50 años se habían visto obligados a arrostrar por la muerte de la pequeña Begoña por un bombazo de ETA. "Y citó a ETA públicamente en la iglesia", recalcan los Urroz.

El recuerdo de aquella niña de 22 meses que pereció abrasada por una mano criminal ha estado tan vivo, tan presente, en la existencia de esta familia que incluso decidieron incluir su nombre en la esquela que daba cuenta del fallecimiento de su padre. "Pusimos el nombre de su viuda y después el de sus hijos: Begoña, con una cruz entre paréntesis para indicar que estaba muerta; después el mío, que me llamo también Begoña, y el de mi hermano Jon. Al verla, mucha gente nos preguntó cómo era posible eso, que si no había un error en la esquela del periódico... Y así fue como se enteraron de lo que pasó hace cincuenta años", relata Begoña, funcionaria municipal.

¿Pero nunca hubo nadie que se prestara a ayudarles? ¿Jamás ninguna autoridad se dirigió a los Urroz Ibarrola? ¿Por qué éstos no reclamaron nada ni buscaron al menos el reconocimiento del Gobierno como víctimas del terrorismo? "Yo recuerdo que, hace unos años, mis padres contrataron a un abogado para que moviera el asunto, pero no consiguieron nada y se acabaron cansando. ¿No lo recuerdas, amá? ¿No tienes guardados los papeles que manejó aquel abogado?", pregunta Begoña a su madre. Pero ella responde que no recuerda nada, que ha pasado demasiado tiempo, que ya no tiene la memoria que tenía antes... La hija, entonces, rebusca por los cajones y solamente halla añejos recortes de periódicos y cartas amarilleadas por el transcurso de los años, pero no encuentra ningún escrito del abogado al que ha recordado durante la conversación.

Después de cinco décadas de silencio y olvido, la alcaldesa de Lasarte, la socialista Ana Urchueguía, tiene previsto celebrar el próximo 14 de febrero un acto de homenaje a las víctimas del terrorismo que vivían en este municipio o que tenían alguna vinculación con él.

"La iniciativa ha partido de una moción presentada por el grupo municipal del PSE-EE, considerando que es el calor que necesitan las víctimas, sus familias y personas más queridas, y el gobierno más cercano a ellos, su Ayuntamiento, es quien tiene que demostrarlo de una forma indeleble", ha explicado el consistorio.

La moción fue aprobada el 30 de diciembre pasado con los votos favorables del PSE-EE, PP y la Plataforma Ciudadana Lasarte-Oria y la abstención de Eusko Alkartasuna y Ezker Batua. Los ediles no adscritos y los del PNV no asistieron a la sesión. La alcaldesa criticó la ausencia de estos últimos: "Considero al PNV un partido democrático y quiero denunciar públicamente que no hayan venido a defender su postura, sea cual sea, máxime cuando ETA asesinó a un compañero de corporación", según consta en la web oficial. "A pesar del sufrimiento de la sociedad, el grupo municipal socialista de Lasarte-Oria cree que hoy día queda pendiente un reconocimiento claro y explícito a todos estos ciudadanos que dieron su vida en defensa de la libertad y la democracia".

El Ayuntamiento colocará en su sede una placa conmemorativa "como reconocimiento institucional del valor humano en su máxima expresión y por la dignidad con que han sufrido un mal inconmensurable en nombre de todos". Uno de los nombres que figurará en esa lápida será el de la pequeña Begoña, aquella niña muerta en 1960.

"Nos informaron de este acto en el Ayuntamiento y nos preguntaron si mi madre estaría dispuesta a asistir al mismo, teniendo en cuenta que es ya una mujer muy mayor", revelan los hermanos Urroz. "Claro que voy a ir. Por supuesto que voy a ir", tercia rápidamente Jesusa, que conserva una energía y un coraje revelador de la fuerza personal que tuvo que tener en su juventud.

La familia considera que ya es hora de que alguien, alguna autoridad, tenga un gesto hacia ellos. "No queremos dinero ni nada de eso, ¿eh? Nunca viene mal, claro, pero afortunadamente no lo necesitamos. Estamos hablando de otra cosa", remarca Jon. Incluso censuran la exhibición pública del dolor, rayano en la impudicia, con que se muestran algunos familiares de otras personas que han pasado por el mismo trance. Eso explica, por ejemplo, las reticencias de los Urroz a la hora de hablar. Pero al final han decidido romper el muro de silencio para honrar a su niña."